jueves, 25 de diciembre de 2014

OPINION

Crónicas Calle 13
      Argelia Muñoz.


No he de verte con el pésimo tratamiento de la calle la cual habito de tiempos memorable. Quisiera verte de otra manera provista de excelente vialidad y no como la de ahora convertida en un deshecho vial. La pavimentación de la calle no existe en los términos que debiera. Los huecos la destrozan y la Alcaldía pavimenta sin criterio de permanencia en la labor de reconstruirla. Sucede que por más de un mes inició los trabajos de asfaltado y aún no concluye la labor. Quiere decir que la calle está peor que antes. No mejora la Alcaldía de Iribarren el sistema de asfaltado por lo que ahora es peor el remedio que la enfermedad.

La Alcaldía no cumple a tiempo sus propósitos de reconstruir y embellecer la ciudad lo que quiere decir que Barquisimeto no mejora su condición de ciudad limpia y agradable que en tiempos pasado fue y se consagró como una entidad envidiable de habitarla y convivir en la serenidad de su belleza y apacibilidad. Todo lo contrario ahora la ciudad luce fea y desagradable a la vista de todos.

Una de sus principales calles, la carrera 19 y la calle 13 sometida a reparación finalmente no ha sido atendida con la premura y la atención que requiere esa zona para la circulación vial de la ciudad. Ambas direcciones comunican por vía rápida a Barquisimeto con la avenida Ribereña y el este de la ciudad. Transcurrido el tiempo las vías no han sido reparadas.

Barquisimeto en el tiempo se ha vuelto una ciudad desordenada y desbastada por la incompetencia de los gobernantes que planifican el desarrollo con criterio de inmediatez efectista. Falta el criterio de responsabilidad vial y de servicios básicos como las aguas blancas y negras que corren libremente por la ciudad sin muros de contención, aún cuando la ciudad muere de sed y es afectada por el bote aguas negras. La población padece los estragos del dengue y la fiebre Chikinguyan a causa de los botes de agua negras como sucede en las calles de las distintas comunidades que la conforman.

No es hoy Barquisimeto aquella ciudad contagiada por la limpieza de sus calles y el medio ambiente. Ahora es lo contrario, la basura cuelga en las calles en los lugares más increíbles en espera que la Alcaldía pase a recogerla,

Hemos visto perder calidad de vida en la ciudad que en su momento se caracterizara por su belleza, limpieza, pulcritud y amabilidad. Los parámetros cambian y ahora hasta su musicalidad se ha perdido. Debemos rescatar su belleza, cordialidad, bienestar, medio ambiente y gentilicio.

Los gobernantes se han encargado de destruir lo que otrora fue la identidad de la ciudad crepuscular de Venezuela. Los crepúsculos son los mejores colores iluminados que la ciudad nos permite ver en sus atardeceres multicolores. La luz de los crepúsculos debe iluminar a gobernantes y ciudadanos que contribuyen a desmejorar con sus actos maléficos la idiosincrasia y personalidad de la ciudad musical de Venezuela dormida en el quehacer de su gente que no se ocupa de impulsarla a los caminos del mejor vivir para todos. El tratamiento de la ciudad he de verlo cambiar en positivo para el bienestar de todos.

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