Editorial Acero Revolucionario N° 32, mayo de 2015
Órgano interno del Comité Central del PCMLV
El llamado es a ponernos a la cabeza de las profundas
transformaciones que se requieren para derrotar la ofensiva imperialista
en curso y aplastar sus expresiones fascistas.
La democracia.
Para la burguesía, la democracia es su derecho a seguir explotando a la
clase obrera, a los campesinos y oprimir al pueblo; amparada en leyes,
con la protección de la fuerza pública. Con esto, se permiten imponer
“el matraqueo”, acaparar los productos, poner precios a su antojo y
enriquecerse a partir de las necesidades del pueblo.
Para la pequeña burguesía, la democracia es garantizar su propia
estabilidad económica sin importar el resto de la sociedad, estando
siempre del lado del poder, aunque sea como mandaderos. Se nutren del
parlamentarismo, del show mediático, de las corruptelas. Al igual que la
burguesía, coincide en defender su derecho a vivir del trabajo ajeno.
Aunque en lo aparente chocan, se hacen reclamos, se acusan y fustigan.
Todo se queda en meros señalamientos verbales de corrupción,
narcotráfico, etc., pero en lo real comparten los privilegios.
Para la clase obrera, la democracia empieza al desplazar totalmente del
poder a la burguesía, encumbrando al pueblo hacia la toma de decisiones
sobre la administración de las empresas y lograr la satisfacción de las
necesidades de las mayorías. Para que esto sea realidad, debemos primero
tomar el poder de forma revolucionaria, para someter a quienes sabotean
las decisiones y el proyecto revolucionario.
La Unidad.
Para nosotros, la unidad es con los explotados, unidad de clase y
popular, jamás unidad con la burguesía y los explotadores. Esto no niega
la unidad nacional, pero la subordina a la unidad popular y a partir de
ésta, la unidad por la defensa de los intereses nacionales de las
mayorías, en la cual está a la cabeza el proletariado.
La burguesía y pequeña burguesía quieren una “unidad de todos”, de
burgueses y proletarios, de explotados y explotadores, unidad que
implica mantener la opresión, la conducción de quienes son los dueños
del capital y por eso dueños a su vez del poder, haciéndose pasar
algunos como nacionalistas, como patriotas, cuando en realidad son
capitalistas.
Nuestro aporte a la lucha nacional es un aporte a la lucha del
proletariado internacional, porque la tarea de la clase obrera pasa por
organizar la revolución y tomar el poder para construir el socialismo en
su propio país y desde ahí fortalecer la revolución mundial.
El Socialismo.
Los comunistas marxistas leninistas de Venezuela nos ubicamos en las
posiciones de confrontación directa con el capitalismo, aquí, en la
región y en el mundo, porque pertenecemos a la clase con vigencia
histórico-universal; porque somos partido con presencia internacional
por medio de la CIPOML, siempre combatiendo la explotación cualquiera
sea las formas que utilice para enmascararse, siempre contra el
capitalismo, el imperialismo y sus diferentes bloques, luchando por
sentar las bases del socialismo.
En importante denunciar la engañosa idea de que es posible el socialismo
sin someter por la fuerza a la burguesía, sin instalar la dictadura del
proletariado. En esta idea, centro de la concepción reformista y
socialdemócrata, se expresan intereses de clase burgueses. La concepción
socialista científica nos hace poner en práctica las ideas de la lucha
de clases y la revolución proletaria, atraer a los más consecuentes y a
las masas populares para tener claro que sin someter por la fuerza a los
burgueses hablar de socialismo es ingenuidad.
Otra de las premisas fundamentales del socialismo, es que cada quien
recibe de la sociedad en correspondencia con el trabajo que aporta; “a
cada quien de acuerdo a su trabajo”. En Venezuela esta premisa ha sido
cambiada por una práctica demagógica basada en pretender satisfacer las
necesidades de todos sin ninguna relación con el aporte que hagan a la
sociedad con su trabajo, consolidando así una cultura de la “viveza”,
del arribismo y del populismo, deformando los valores revolucionarios.
La clase obrera, la que suda hasta lo indecible para generar los medios
de vida que requiere toda la sociedad, tiene un papel fundamental al
dirigir y educar al resto del pueblo, donde existe un nivel bastante
alto de deformación de algunos sectores de los trabajadores, donde
dirigentes son cooptados por medio de prebendas para servir a los
intereses de la burguesía, (aristocracia obrera: sector aburguesado y
burocratizado por una forma de vida vinculada a la corrupción). Por tal
razón, es mayor aún la importancia de la clase obrera fabril, que tienen
disciplina y conciencia de clase.
Es innegable que sin la clase obrera, el aparato económico colapsaría y
por tantp, sin nuestra dirección, hablar de socialismo es una ficción,
es un engaño de los reformistas para que el capitalismo siga vigente.
La clase obrera venezolana, con cualidades propias y características
labradas en décadas de lucha, está obligada a llevar adelante la
revolución socialista, para lo cual es necesario romper con la
subordinación a partidos burgueses y pequeño burgueses que embotan el
accionar con ideas reaccionarias, reformistas y socialdemócratas.
Trabajar en consolidar el marxismo leninismo para colocarnos a la cabeza
de las luchas, es una necesidad que sólo los verdaderos revolucionarios
llevarán a cabo, porque la única forma de lograr la verdadera soberanía
nacional pasa por destruir el Estado burgués, que muchos aspiran
administrar para provecho de sus negocios.
¡El socialismo sólo se construye con la alianza obrero campesina en el poder y el pueblo en armas!

No hay comentarios:
Publicar un comentario